La mayoría de las personas, luego de escuchar historias de horror de pezones desbaratados y sangrantes, piensan y esperan que la lactancia sea dolorosa. Sin embargo, no se supone que la lactancia duela.
Cuando un bebé está colocado correctamente, tanto el bebé como la persona lactante se deben sentir cómodos. El bebé necesita tomar una gran parte del seno, y no tan solo del pezón, en su boca para estar bien colocado. El “truco” es que al colocarte al bebé al pecho, esperes un poco más de tiempo de forma que el bebé abra la boca grande, antes de acercarlo al pecho. También se aconseja que la colocación al pecho debe ser asimétrica…es decir, que la mandíbula debe estar más pegada al pecho que la naríz (antes se aconsejaba la colocación simétrica, donde tanto la nariz como la barbilla tocaban el pecho).
Para logar esta colocación asimétrica se recomienda que al colocar al bebé al pecho, la cabeza de este este echada un poco hacia atrás. Al colocarlo, debes apuntar el pezón hacia el paladar del bebé.
Sin embargo, el sentir dolor al colocar al bebé al pecho no siempre quiere decir que hay un problema de mala colocación al pecho—el dolor al pecho también puede ser señal de otras condiciones como la candidiásis, el frenillo, u otra condición de la piel.
Por otra parte, no es lo mismo dolor en el pezón que dolor en el seno. Si hay dolor en el seno esto puede ser indicación de que hay un ducto tapado o quizás una infección en el seno (mastitis)—todos cuales se
pueden corregir sin interrumpir la lactancia.
Si sientes dolor, ya sea en el pezón o en el seno, lo mas apropiado es que busques ayuda con un consultor de lactancia IBCLC, o con un consejero de lactancia comunitario, o con tu medico.
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