Se necesitan contracciones para mover a un bebé del tamaño de un melón a través de una abertura cervical que comienza con el tamaño de un cheerios. Sin embargo, no son los músculos uterinos que se contraen los que producen el dolor. Como cualquier músculo, los músculos uterinos no duelen a menos que se vean obligados a trabajar de una manera para la que no fueron diseñados. Sin embargo, cuando un músculo está demasiado cansado, los cambios fisiológicos producen la causa del dolor de parto.
La causa del dolor de parto se origina principalmente en el estiramiento del cuello uterino, la vagina y los tejidos circundantes a medida que pasa el bebé. Durante el trabajo de parto, las contracciones uterinas trabajan para tirar del músculo cervical hacia arriba y así poder empujar la cabeza del bebé (como un suéter de cuello alto que se estira lentamente mientras se lo pasa por la cabeza).
Los músculos y ligamentos de la pelvis reciben presión, por lo que el estiramiento produce sensaciones que son la causa del dolor del parto, especialmente si hay tensión en los músculos circundantes.
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