Los buches son comunes en bebés sanos. Durante los primeros tres meses, aproximadamente la mitad de todos los bebés experimentan el contenido de su estómago volviendo al esófago, una condición conocida como reflujo gastroesofágico, reflujo infantil o reflujo ácido infantil.
Normalmente, un músculo entre el esófago y el estómago (esfínter esofágico inferior) mantiene el contenido del estómago donde pertenece. Hasta que este músculo tenga tiempo de madurar, los buches podrían ser un problema, especialmente si el bebé está relativamente lleno.
Los buches normalmente no interfieren con el bienestar de un bebé. Mientras el bebé parezca cómodo y esté comiendo bien y ganando peso, hay poco motivo de preocupación. Si el bebé está ganando peso, entonces no está siendo afectado por las calorías perdidas al botar un buche.
Tenga en cuenta que es fácil sobreestimar la cantidad que el bebé ha botado en un buche en función del tamaño de una mancha de saliva. Si el bebé está ganando bien de peso (al menos 1 libra al mes/480gramos), y está orinando y evacuando bien (6 pañales mojados y un mínimo de 2 evacuaciones en 24 horas), entonces el problema de los buches es un problema más de lavandería o de laundry que de otra cosa.
Los bebés botan buches por varias razones, incluyendo cuando el flujo de leche de la lactante es rápido y fuerte, donde el bebé se ahoga al tragar, cundo la lactante tiene sobresuplido de leche, cuando el control muscular del bebé es inmaduro, cuando hay alergia, y por último, cuando hay enfermedad.
Muchas veces ni sabemos porque el bebé bota los buches…lo que sí sabemos es que esto es algo temporero, y que la mayoría deja de botar buches ya para la cuarta a sexta semana de vida.
Ciertos síntomas pueden indicar una condición subyacente o algo más grave que el buche común. En estos casos se recomienda ponerse en contacto con el pediatra de su bebé:
No está ganando peso
Vomita con fuerza
Bota líquido verde o amarillo
Bota sangre o un material que parece posos de café
Rechaza las tetadas/comidas repetidamente
Tiene sangre en sus heces (escreta)
Tiene dificultad para respirar u otros signos de enfermedad
Comienza a escupir a los 6 meses de edad o más
Llora más de tres horas al día y está más irritable de lo normal
Tiene menos pañales mojados de lo habitual
El tratamiento depende de lo que esté causando el problema. Las técnicas especiales de alimentación podrían ser útiles. En otros casos, el médico podría recetar medicamentos para tratar el reflujo.
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